sábado, 25 de abril de 2015

FOSA COMÚN

¿Hacia dónde voy?
Hacia la fosa común
donde reposan
sin alma los cuerpos de mis hermanos
sigo el sendero de sangre que me conduce
hacia donde fueron sepultados
por las sombras cobardes del terror
heridos de muerte, primero
y luego al vacío oscuro lanzados.

Voy hacia el cementerio profano
aguardo
el rostro de los esclavos
víctimas del sueño dorado
pobres mis hermanos
y pobres los humanos
que cual bestias devoradoras de carne
las entrañas les arrancaron,
cobardes
que absorbieron sus almas
tristes los que fueron mis hermanos
y miserables mis plegarias que no alcanzan.

¿Hasta dónde quiero llegar?
A la colina de metal
donde descansan sus quiméricos sueños
aunque sin alas
vuelo
sobre el río que del llanto se formó
voy por las calles de la perdición
tragando soledad y desconsuelo
saciando mi sed donde lloró Dios,
lamento
el día que se deja violar por la noche
para que tan pronto el rey del cemento
abra los ojos y se enoje
lanzando pólvora en el pavimento
maldito soberano falaz
que para comer le quitas al pobre 
eres fuego y eres gas
y eres la llaga que hiere en tu nombre.

Pobres mis hermanos lucharán
y sin más armas que su arenga morirán
y seguirán muriendo
pues valen lo mismo vivos que muertos
y seguirán muriendo
más que la tierra vale el dinero
y seguirán muriendo
por otros aciagos y sombríos momentos.

Y siendo más penas en el desierto,
¿Quién más podrá luchar?

viernes, 3 de abril de 2015

LA DAMA DE LOS SIETE PUÑALES

Se ha dormido
entonces sus ojos de llorar descansan
siente la paz que ahora le abraza
ha guardado el sufrimiento
le dijo adiós a las lágrimas
al menos por hoy
y por este momento
cuánto lo siento
y siento también por ser humano
pues no ha valido la pena su injusta vida
esa pobre mujer ha vivido el engaño
y no ha podido nunca ser querida,
es Alicia en el país de las pesadillas
y ahora duerme
saboreando su derrota invernal
bañada en su caverna de hormiga
oliendo a pobreza, suplicando caridad
y ha sido su piel rosa
el alimento preferido de su yugo
mancillada mariposa
de cuyo amor se mofó el verdugo
muere, lentamente
y ya no verá la luz
no despertará
el amor por hoy está ausente
se fuerte
vuelve libertad a su mente
vuelve que son siete
los puñales de su muerte.