Le he visto un tatuaje en la panza
sonriente hasta la legaña
brincando la trusa que me seduce
le miro el ombligo y le pregunto
“¿qué hacemos en este pedacito de cielo?”
no se puede estar más ebrio
no se puede uno ir corriendo tras la salchicha
para secarle los sudores de su estampa desollada
qué tragas tú
láminas de carne de chibolo de pasivo de hambriento de poeta
clávame las uñas en las amebas
sácame sangre y hazte una bebida y disfruta del carnaval
corra señor asno corra
mientras desfilan las pulgas en este colchón que hoy me merienda
qué te dice tu viejo
del American dream
de los caballos de paso que dejaron sus calzones regados en la mesa
de esto me hablarás ahora que frío huevos
ahora que quiero ser polvo
ahora que sacio mi sed en la ceguera de este foco de 20 céntimos
ni metiendo mis dedos en el enchufe sentiría tal cosquilla
como la que siento
cada vez que te miro manoseando el jaboncillo
cada vez que la burbuja melosa de tu saliva me devora las entrañas
qué le digo a mi pecho que baila y que baila
en un tic tac interminable
mientras aún tienes las medias puestas
y el casco de Power Ranger
y qué le digo a mi último sinsonte
que acaso en esta alcoba donde impera la pezuña
he de morir con el babero en las montañas
en tus brazos látigos lianas pergaminos cadenas
sí, cadenas
deja que mi nariz conozca a la tuya
oh, el diluvio de los amores
que nacen mares de tus cachos
y nacen más mares de tu espalda
por qué soy tan cursi y tú tan “a mí qué chucha me hablas”
corra señor asno corra
salimos en puntillas de un prostíbulo de cigarros
para venir arrastrando nuestras colas de sirenas
apestosas son sus escamas
para venir arrastrando nuestros antojos de azúcar
y estar aquí
frente a frente
al filo de la olla en llamas
yo hablándote de amor
y tú apenas sonriente
“por qué me escribes poemas”
“¿de qué me sirven tus poemas?”
“mejor fóllame”
me dicen tus cuatro patas
y los stickers de culitos interraciales que pegaste en las paredes de tu cuarto
me rindo ante tu naranja de cemento
ven, cuchara desplumada
prefiero ser estaca clavada en duna
que flor marchita clavada en pavimento
ladridos de perros en la madrugada de virgen llorona
ladridos de perros que se apiadan de mis huesos
y no los tocan
y no me tocas
aún.