viernes, 25 de marzo de 2016

TEST

¿Quién inyectó su veneno en la profanada aldea?
¿Quién convirtió la tierra prometida
en una urbe de hojalata?
¿Quién devoró fieramente los robles que brotaban del vientre de mi madre?
¿Quién se fumó el cielo azul?
¿Quién las nubes de algodón?
¿Quién tomó del jardín los frutos frescos para volverlos piedra?
¿Quién esparció su ponzoña en mi semilla?
¿Quién apagó el día?
¿Quién enfrió el sol?
¿Quién incendió la noche?
¿Quién congeló la mano de Dios?
¿Quién mi corazón?
¿Quién derramó su oscura saliva
en el océano azul?
¿Quién paralizó el espíritu de los titanes marinos?
¿Quién volvió a la gripe una epidemia?
¿Quién mató mi inmortalidad?
¿Quién cambió el mercado de flores
por la guerra mundial?
¿Quién murió de hambre?
¿Quién de libertad?
¿Quién mató a su hermano?
¿Quién me intentó matar?
¿Quién congeló mis manos puestas al trabajo?
¿Quién ungió en su boca, seca de implorar,
el sudor de mis enfados?
¿Quién permitió que la ira del volcán
sea fuego rebelde?
¿Quién enfrió el verano?
¿Quién en invierno se quiso suicidar?
¿Quién bailó en el velorio del cordero?
¿Quién cantó mientras agonizaba la humanidad?
¿Quién se olvidó de rezar?
¿Quién de amar?
¿Quién ha llorado tanto y tanto
que las faldas me ha venido a mojar?
¿Quién se ahogó en el río de sus lamentos?
¿Quién trituró con sus metálicas manos
los sueños de cristal?
¿Quién con sus lágrimas inunda los hoyos que me nacen del alma?
¿Quién dejó en el olvido
al cielo y a sus nubes de sal?
¿Quién llamó a la sequía?
¿Quién al diluvio?
¿Quién no quiere un vaso de agua?
¿Quién una migaja de pan?
¿Quién cambió el rocío de la mañana
por el petróleo y su gas?
¿Quién dejó en el armario
marchito el sufrido geranio?
¿Quién no me dio el beso de buenas noches?
¿Quién no me brindó su abrazo fraternal?
¿Quién dejó de darme sus lisonjas de amistad?
¿Quién no marcha, quién no grita, quién no lucha?
¿Quién quiso mi mano soltar?
¿Quién oculta su bandera blanca?
¿Quién reprime su voz?
¿Quién quema los letreros del pueblo?
¿Quién es rico y quién es pobre?
¿Quién se atreve a diferenciar?
¿Quién se disfraza de ángel para tu voto ganar?
¿Quién te llena de billetes los bolsillos,
Ministro de Inclusión Social?
¿Quién roba menos?
¿Quién mata más?
¿Quién se olvidó de pagarle a la tierra lo que ella nos da?
¿Quién intentó en la tormenta volar?
¿Quién convirtió en antorchas volátiles a las aves?
¿Quién me aleja de sus alas?
¿Quién me arrastra a su voluntad?
¿Quién llenó de sangre mi demencia animal?
¿Quién se acabó la carne roja
que en la dispensa
ya no reposa
y ya no está más?
¿Quién llenó de vicio la espalda de papá?
¿Quién ha soplado en otoño
las hojas caídas de los bosques orientales?
¿Quién convirtió la selva virgen
en un barrio marginal?
¿Quién se resiste a lanzar vapores de muladares citadinos?
¿Quién llenó de lujuria la mente criminal?
¿Quién te coloca tarde a tarde
frente a la pantalla virtual?
¿Quién convierte tu cerebro en una víscera sin dignidad?
¿Quién te firma el contrato
a 12 meses sin intereses
si sabemos que el mañana ya no será?
¿Quién te obligó a asesinar?
¿Quién a hurtar?
¿Quién a dejar de pensar?
¿Quién a mancillar la alfombra celeste?
¿Quién te enseñó el árbol de la ciencia y de la verdad?
¿Quién te dio de nuevo la manzana, milenario Adán?
¿Quién te despoja nuevamente de tu paraíso terrenal?
¿Quién?
¿Quién en el Edén no te quiere ver más?
¿Quién es el culpable de que la vida en muerte se convertirá?

Y ahora, dime
¿Quién te podrá salvar?

jueves, 10 de marzo de 2016

FUEGO CIEGO

Somos fuego ciego alas en llamas ríos de sangre balas perdidas costras en el corazón.

martes, 1 de marzo de 2016

YO, CASTA

(...)
Se me van las palabras
y ya son las 3 de la mañana
se me van
mientras tiritan mis pezones anticonceptivos,
empieza la carnicería
dos dedos
luego tres
dos manos y una boca
se pierden en mis glúteos insanos.
“Ponme la mano aquí, Macorina,
ponme la mano aquí”,
arrójame al agua hervida,
se me van las palabras como aves en llamas.

(...)


Colócame un velo blanco en la frente
llámame novia y llévame al altar
como oveja sangrante en el sendero del sacrificio.
Colócame un velo negro en la cabeza
llámame viuda
muerto está mi marido
muertos mis hijos
muerto mi vientre
muerto tú.
Colócame un corsé
una jaula para esta yegua
y llámame puta
que de viernes en viernes he de bailar desnuda en tu patio.

Mi cristianismo es un farol descompuesto en la esquina de la iglesia
una carcajada en el valle de lágrimas.
Algo hay en cada beso tuyo
en cada caricia que desviste mis carnes
algo hay en cada ofrenda de febrero
y en cada palabra que me abandona
tócame con la punta de la escopeta
mátame que siento que no doy más.

Mi cuerpo inerte se conjuga con tu verbo
y me haces el amor en un cama de galletas.

(...)