jueves, 18 de abril de 2019

MÁS CARBÓN QUE LAVANDA

¿Alguna vez te has sentido rechazado pero realmente rechazado que ha valido la pena querer no salir a la calle? En las galerías, en los condominios, en los parques y en los teatros, ahí quedan dibujados carteles en donde se lacera mi honor. En la feria bailan canciones sobre la vez que me caí de la cúster y terminé arrastrado por varios metros y las risas y los aplausos y las miradas de "qué cojudo este pobre diablo". Palpar el suelo mojado después de la lluvia y levantar el rostro hacia el sol de las 9 de la mañana. Tímido como este saco de huesos que se ha desplomado. Un terrible comienzo de vida. Porque todos los días comienza la vida y termina. Cerrando los ojos, ahogándolos en gaseosa de piña, termina la vida. Olvidados las afrentas, las burlas y la discriminación. Desterrado el chiste simplón que me ahoga un día sí y otro también. Alguna vez te has de sentir como se sienten los rechazados que se rehúsan a salir a la calle. Alguna vez entenderás que el olor de las flores no es suficiente belleza y que muchos encuentran la gloria en la plena desaparición.