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la ciudad está en llamas
y esta hoja de word se desintegra
ante mis ojos condensados por los rayos dorados
¿cómo está la playa?
He oído que de anfitrionas están
las tapaderas
dos o tres peñas más verdes
que nada se abrazan unas con otras para volverse
sal,
y tu voz que guía a los pastores
que en estos tiempos ya no adoran a dios
van, desnudos,
“señor, me has mirado a los ojos,
sonriendo, has dicho mi nombre”
el faro que guía los pecados del
mundo del cemento
los espera
mientras el quebranto de una
ballena
ahogada en lagos de sesos
ultraviolados
se vuelve arena.
El estío guardado en la matraca del
más célebre filisteo
renace
como mi sangre fecundada por
zancudos
ahí me esperas
sirena
entre verduras.
Dices que me amas
y cada beso tuyo es una bofetada de
elefante
una bolsa reciclable llena de
espinas me soporta en la estación
y miramos el cielo
el vientre partido de una hiena
azul que a mi lengua ha parido,
dejemos ya de mentirnos
los bikinis tienen huecos y los
huecos tienen ciudades de hormigas listas para la guerra
tú ya no eres la misma
la
orilla marina presa en un copo de nieve es una caricatura o un ceviche de miradas
tristes(...)