viernes, 2 de diciembre de 2016

NOAH

Somos dos vocablos
casi tres
amor + libertad
y la vida acaso una quimera
deja su saliva en la carta prematura
(la misma oración de mi facundo cuaderno
con el modificador directo al pie de su acento)
adjetivos que definen su milagroso accidente
el mismo formato que de blanco han de ser sus infantes zapatos,
un cero en el estómago que en nueve lunas revienta
falsifica mi figura en la patada del día,
pone su minúscula mano en mi anticorazón
lo vuelve blando, lo vuelve blanco
y con esa misma tinta
escribo su nombre entre flores de primavera
espera el pesebre
…y mis brazos que han de amarrar sus brazos…
elevan mis labios la flema dorada que se vuelve plegaria:

y el verbo se hizo carne
fue número equivocado
quiso ser palabra
habitó en mi diccionario
piel de sujeto
voz de predicado.

Somos dos
casi tres
x más o menos y,
un punto en medio del vacío
(.)
un pequeño corazón enjaulado
[<3]
miro las luces que dibujan su silueta en la pantalla negra
se pierden en el cielo incierto de su repentino nido
lágrimas convertidas en estrellas
de su primerísimo llanto,
a mi naturaleza de gusano
se han sumado sus gastos
sus susurros
sus quebrantos,
sus berrinches al pie del biberón
sus caprichos frente al helado
sus toboganes de felicidad
su júbilo en la matiné del sábado
sus cuatro letras de diamantes
sumergidas en el barro.

Somos tres palabras
y en cada una
doscientos millones trescientos veinte mil cuatrocientos noventa y cinco significados,
milagro es a vida
como tu madre es al esfuerzo
se excita en el interminable acto
está baila que baila
la danza de las contracciones
mientras se dibuja en su estriada piel
una constelación de lunares
y transitan y corren la umbilical avenida
en sus ojos se asoman tus ojos
y en mi ruina alumbra una luz,
debería llamarte marzo o acaso prodigio
tal vez fiesta de fin de año
y en una caja tu natividad,
debería llamarme todo aquello que se ha escrito
menos tierra baldía
pa-pe-pi-po-pú,
debería llorar porque eres leche derramada
y polvo de mi madera
y sangre de mi sangre
y mis glóbulos idénticos que navegan en tu pequeña flor,
hay algo de mí en tus genes degenerados que han de pinchar el globo terráqueo
y algo de mí se asoma en tus iris cristalinos que han de ver arder al mundo
¿qué tal el calor ventral que te empaqueta?
¿qué hay de tu dermal cascarón?
mi pequeña remesa trituradora de cigüeñas
se han de coronar todas las sienes en tu purísima frente.

Somos tres acaso y tan solo uno
somos-soy-seré lo que él quiera ser;
mi pequeño ladrillo de carne
y sobre él, mi iglesia
luz de mi sombra
líquido fotocopiado de mis venas rosadas
mi imagen
mi semejanza
el tanto por ciento de mi noche encantada
yo tan nulo que de mí no hay nada,
te cobijas en el manto de la Vía Láctea
y en tu cremoso lecho aguardas
nacer.