El señor te pide:
hijo, déjate caer
estoy bajo tus sábanas en la mañana
y muy tarde en la madrugada
esperando
que tu mano se suelte del mundo
hijo, estoy en tus cimientos
hijo mío, déjate caer
a tus pies el azul
el manto de mi gracia eterna
las plumas del rey de los siete paraísos
yo te pido que caigas
mis brazos son fuertes y tu cuerpo tan liviano
hijo mío, déjate caer
estoy esperándote porque quiero
te quiero
recostado en mi pecho abierto
y aquí te espero
con las miles de estrellas y los miles de firmamentos
que para ti he creado
hijo mío, déjate caer
o cae conmigo.