Tengo tantas cosas pendientes.
Tengo una sonrisa que no se
quiere asomar. Los labios que no se quieren relajar. Un ademán que esconde el
puñal.
Tengo en el recuerdo tus ojos que
no me quieren mirar. Están ahí. Frente a la luna. Frente al mar. Frente a mi
ser. Frente a mis ganas de amar.
Tengo tu aroma que excita mi
piel.
Tengo el calor de tu mano
izquierda derritiendo mi pecho vuelto hielo.
Tengo el camino de arena que
nunca descalzos pudimos andar.
Tengo en la memoria tu rostro
invernal. Las nubes que poblaron el cielo de Agosto que aun no se quieren
evaporar. Cada grano de tierra que habita el parque donde solíamos pasear.
Tengo el calor del último
cigarrillo que encendiste frente al mar.
Tengo la piel canela. El sol que
no aparece más. La gris humareda que bailaba en el cielo.
Tengo en mi mano un pedazo de tu
corazón.
Tengo tus ganas de ser mío. De nuevo
tus ganas de amar.
Tengo tu vientre desnudo vencido
en mi alcoba. Te tengo aquí, en mis memorias de papel.
Tengo tu sonrisa pendiente del
retrato.
Tengo tu cándida mirada que nace
del ayer. Tu fragancia que invita al encanto. La luz prendida. La luz apagada.
Tu piel forrando la mía. Hallando en la pasión desenfrenada lo que llamamos
vida.
Tengo tus manos recorriendo sin
prisa mis piernas.
Tengo la noche como testigo que
sonroja sus mejillas.
Tengo tu fiera locura colgada de
mi tierna cobardía.
Tengo en el armario de mi pecho
el deseo de las cosas que quise tener.
Tengo en la frente mi culpa por
no saberte cuidar. Por no saberte querer.
Querer.
Querido.
¿Cuándo te volveré a ver?
Tengo la pegunta fresca disipada
entre lágrimas que agobian mi arrepentido ser.
Tengo las cartas que me
escribiste. Las flores que un día me encargaste mantener. Las tengo marchitas
esparcidas en mi hogar.
Tengo el sonido latente de tu
corazón cada vez que me decías amar.
Tengo el sudor en mis manos de verte sueño
mío, de verte realidad.
Tengo que tomar mi camino de
vuelta a casa.
Tengo que volar en medio del
mundo para irte a buscar.
Tengo que hacerlo.
Tengo las horas insistentes.
Tengo que hacerlo ya.
Tengo entre mis dientes las ganas
de volverte a besar.
Tengo que dejarlo todo para verte
de una noche a mi lado despertar.
Tengo que ser la llama ardiente
que encienda tu rostro pasional.
Tengo que hacerlo ahora.
Tengo que dejarme de lamentos, de
posibles, de acasos.
Tengo que dejar ahora mismo el
teclado y decidirme ya. O eres tú, o no es nadie más.
Tengo tantas cosas pendientes.
Tengo que correr tras el color de tus ojos. Tras el perfume de tu piel. Tras el
sonido de tu voz. Tras la caricia de tu mano. Tras tu manera de amar.
Tengo que sacar de mi maleta los
bultos que impiden mi huida hacia ti, volverme liviano, tengo que estar allí.
Tengo que echar por la ventana de mi cuarto
los problemas de mamá, los gritos de papá. Todo aquello que me ate al pasado.
Tengo que salir del vacío de la
oscuridad y de la mentira.
Tengo que olvidarme del pasado y
volver a recorrer de tu mano los caminos de la vida.
Tengo que ver la luz.
Tengo tantas cosas pendientes.
Tengo tanto que hacer, y nada hago aún.