jueves, 30 de agosto de 2012

TODAVÍA


Y todavía no has entendido
que todos tus recuerdos se marcharán
que todos tus lugares han desaparecido
en el vacío dejaron penumbras
en medio de golpes y aromas pesados
tus tristes pasos ya se han perdido
andando rebeldes por distintos tramos
y todavía hablas, todavía piensas, todavía sueñas
pero hoy ya no estarás, es tu rencor
tu presencia se fulmina con tu rencor.

Y todavía estas llorando
buscas consuelo en la flor marchitada
pides con gritos volar libremente, como antes
aunque el aire ya te ha dejado
asfixiando tu piel, ahogando tu vida
sin respirar tu vida es como papel
un mundano papel gris en blanco
empapado de letal combustible, ¿Para qué?
hoy el fuego consumirá tu amor
destruirán las llamas tu amor.

Y todavía me estas cogiendo
mira lo hondo que ha caído el suelo
bajo tus pies descalzos, blandos
que nunca quisieron andar mi sendero
mi camino, el correcto camino, el que yo anduve
deja las súplicas, ¡Suelta mi mano!
que tantas veces te socorrió de la noche,
como fúnebre cadáver te van a querer enterrar
y bailarán, se mofarán de tu dolor
se alegrarán y escupirán en tu dolor.

Y todavía estás luchando
murmuras entre tu lengua mordaz
y tus dientes colmillosos tu veneno
expeles las arenas lejanas que dejaste frescas
se pierden en tu figura lúgubre, mortal
bañada por ríos impuros de soledad
sin tus fantasmas protectores, cómplices
camaradas infernales que hoy te han demolido
hoy por fin has sentido el temor
de morir, el peor temor.

Y todavía, y todavía
¿Quieres vivir? mira el cielo sobre ti
es oscuro
y todavía estas respirando…

miércoles, 15 de agosto de 2012

EL MASOQUISTA EMOCIONAL


Faltarían razones para explicar mi estúpido comportamiento, y no gastaré las pocas neuronas cuerdas que me quedan para hacerlo. Solo trato de ser yo, de hablar como hablaría yo, de pensar como pensaría yo, pero no puedo. Mi propia mente me acusa de ser el ser más complicado del mundo, de vivir en medio de nubes y ataúdes, de ser el extraño niño habitando la piel de un monstruo, de a veces ser fuego, y otras hielo, de andar paseando mi corazón cada fin de semana por cada puerta del infierno que se abrió aquí en la tierra, y entregarlo al peor Satanás que frente a mí se ponga a bailar. Me seducirá, tomará mi alma al menos por esa noche, me manoseará las entrañas, meterá su dedo en mi boca, beberé de su saliva, pasearé mis manos por su vientre, me desnudará el alma arrancando mi carne, lo amaré como amo las primeras horas de la madrugada, y seré feliz, y fui feliz.
Faltarían muchas más razones para describir los motivos que me obligan a convertirme en un cazador de bestias el sexto día de la semana, de no ser yo, de ser un forastero, tal vez un alienígena, y vagar mi cuerpo regalando sonrisas, besos, caricias, de ser la puta leyenda de la noche oscura y tenebrosa y moverme al son de los sintetizadores, en un estrado, sobre una mesa, en la pista, o en el cielo, ahí me encontrarás, porque amo la música, y amo disfrutar de la música, pero a mi manera.
Salgo de la esclavitud proletaria, entro a mi casa, me envuelvo en mi cobija, lloro, me pongo triste, suena mi celular, pacto mi sentencia de muerte momentánea, vendo mi alma a la noche, me baño, me disfrazo de lo que en verdad no soy, fraseó miles de mentiras, beso a quien no debería besar con un ósculo de Judas, y, y, y, y soy libre.
De regreso a casa encuentro al sol pidiéndome explicaciones, y yo, con los olores de la perdición sólo lloraré, porque sólo sirvo para eso, para llorar.
Faltarían razones para concluir a que se debe mi llanto. O tal vez si lo sé, pero no me quiero dar cuenta… este pobre iluso de noches infernales se enamora de los demonios que lo acompañan a bailar, que lo besan, que le hacen el amor, este pobre idiota se vuelve el saco de huesos que arde en sentimientos anhelando el sudor de quien le presta importancia, este ser inservible se enamora y se desenamora cuando el lunes se aleja del domingo, se deja elevar cual pluma soplada por el viento de la pasión, y luego se desploma cual roca penitente desde lo más alto del cielo hasta lo más profundo del mar… regreso a mi realidad, no era el amor lo que hacíamos, era sexo lo que teníamos, no era cariño lo que por mí sentía, sino deseo, entonces, me pregunto, qué soy yo? Mi corazón responde; soy el masoquista emocional que cambia sonrisas por llantos, que se deja amansar por la noche y humillar por la mañana, que cae al suelo adolorido por ver que los amores de su vida desfilan por sus brazos cada semana, y finge que no le duele, y se pone su máscara para aparentar vigor, fuerza y valor, pero, muere al saber que vive de las migajas que cualquiera le regala, que vive con la esperanza de verse estrujado la próxima vez que sus harapos se vuelvan vestido, que su huida se vuelva llegada, que su muerte se vuelva vida, que su masoquismo se vuelva cinismo, que sus emociones se vuelvan canciones, que Jorge se vuelva JORGE.