miércoles, 7 de noviembre de 2012

MOSCA

Desapareces,

entre rugidos de viento enamorado

que falsifican tu figura peregrina

obsesión escondida

saeta punta roma

lapicero de tinta roja.

¿Soy acaso yo tu alimento del día?

Deja ya de tocar mi piel impía

de tul

tu cielo jamás volverá a ser azul.



Por aromas repulsivos de mi estanque

has llegado a espiar mis sentimientos

arenosa del desierto

bazofia pura

tu sed te acusa

y yo sin darme cuenta agua te doy

ingenuo espectro del líquido soy

en mi casa

la noche se vuelve nuestra mordaza.



En medio de esta merienda particular

y sentado a la mesa que es sagrada

cuenta no me daba

de tu rauda visita

que me moviliza

y además comes de mi propio pan

llenas tu incierta barriga en tu afán

demente

ponte tu antifaz y vuela delincuente.



Vagabunda ave dispuesta a molestar

siempre quieres lo que no tienes

miserias son tus bienes

que no perdonan

te salvan, te ahogan

y haces en mi espalda una carretera

te sigues posando en ella, usurera

bruja

dejas el rastro que tu envidia dibuja.



No hay día que de ti logre liberarme

estás con el sol y con la luz nocturna

sanguijuela de luna

te multiplicas por mil,

quisiera ser un fusil

de tan certera vista violenta

para llenarte de plomo la cabeza

nube gris

anónima alma que me hace infeliz.



¿A dónde llevas las migajas de mi amor?

¿Qué misterio guardas en tu aspecto

de repulsivo insecto?

De promiscuo corazón.

¿Fuiste divina creación?

Ágil, liviana, material inquilina

tu famélica burla me calcina.

¿Gozas?

Apártate de mi vera duda mentirosa.



Regresaste,

falsa mariposa tienes rabia en la boca

y aún ignorando lo que tú escondes

en tu refugio de monje

entiendo que serás

la vida efímera y letal

que tu muerte sea en unas horas

no te hace eterna, alienígena luchadora

espanto

seguiré aplastando con mi mano tu llanto.


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