martes, 1 de marzo de 2016

YO, CASTA

(...)
Se me van las palabras
y ya son las 3 de la mañana
se me van
mientras tiritan mis pezones anticonceptivos,
empieza la carnicería
dos dedos
luego tres
dos manos y una boca
se pierden en mis glúteos insanos.
“Ponme la mano aquí, Macorina,
ponme la mano aquí”,
arrójame al agua hervida,
se me van las palabras como aves en llamas.

(...)


Colócame un velo blanco en la frente
llámame novia y llévame al altar
como oveja sangrante en el sendero del sacrificio.
Colócame un velo negro en la cabeza
llámame viuda
muerto está mi marido
muertos mis hijos
muerto mi vientre
muerto tú.
Colócame un corsé
una jaula para esta yegua
y llámame puta
que de viernes en viernes he de bailar desnuda en tu patio.

Mi cristianismo es un farol descompuesto en la esquina de la iglesia
una carcajada en el valle de lágrimas.
Algo hay en cada beso tuyo
en cada caricia que desviste mis carnes
algo hay en cada ofrenda de febrero
y en cada palabra que me abandona
tócame con la punta de la escopeta
mátame que siento que no doy más.

Mi cuerpo inerte se conjuga con tu verbo
y me haces el amor en un cama de galletas.

(...)

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