viernes, 9 de septiembre de 2011

LA NUBE

Aquí mismo
donde mi corazón reclama la vida
acaricio
la brisa suave de tu repentino adiós
te olvidaste
que mi voz hablaba
a través de tu mirada
te olvidaste
que mi pasión crecía
cada vez que te sentía
te olvidaste
que mi cuerpo miserable
roca y arena era tan solo
al inicio
era tan solo
el árbol recio en medio de algún lugar
inestable
y era mi hábitat el silencio eterno
interminable
la cueva
de donde un día me sacaste
aún aguarda
nuestro último beso
aún me pide el perfume de tu ropa íntima
y volver junto a ti
abrazar tu cuerpo desnudo brillante denso
como oro deseoso de bañar
con mis manos
con mi sudor,
abrigar
los labios que olvidaron el pudor
convertir en un segundo
nuestros brazos en culebras
aladas
ramas enredadas
y volar uno sobre el otro
a través de la frenética estación
llegar al cielo
aterrizar en esta nube
espacio del deseo infinito
que nos ahoga en su mar de amor.

Aquí,
mi latido era tu latido
mis manos eran tus manos
y mi lengua se posaba en cada centímetro de ti. 
¿Cuántas veces hemos muerto en esta hoguera
de deleite
mientras el viento que arrecia en las alturas
no nos dejaba aliento
no nos dejaba hablar?
Solo tú
solo yo
en este firmamento de pretensiones
que rodeaba a nuestra acostumbrada estrella
y esta alcoba turquesa
que escondía nuestra desnudez,
rodaba mi alegría en esta casa volátil
las palabras que distinguían
mi fresca sonrisa
mi canto en honor al animal renacido
tu felicidad era mi alimento del día,
lo siento
ya no habrá más hechizo
ni más momentos rosados
que me encaminen al paraíso,
adiós al encuentro de tu recio cuerpo
bienvenido tormento de junio
gris otoño en mi lumbre
gris otoño en mi vaciado costado.

Dime ahora
¿cómo serán mis noches de caramelo?
¿cuántas lunas me habrán de abandonar,
cansadas
de escucharme llorar?
Dime
¿cómo será mi sonrisa lejana de tu verso?
Mis labios sabrán llamarse quietud
pacientes escasos de luz.
Dime
¿cómo serán los sueños nuestros de cada día?
Volverán a mi mente las pesadillas
volverás parca ilusión.
¿Cómo estarán mis manos secas sin palpar la dermis que añoro?
¿Cómo estarán mis ojos sin ver tu perfil encantado?
¿Cómo estará mi cuerpo sin sentir tus uñas arrastradas en mi piel?
Más allá del terreno celestial en donde te di el primer beso
encontrarás la brisa que me deja el quebranto
escucharás el llanto amargo de mi soledad
y me pregunto
¿Algún día me volverás a saludar?
y si algún día de mi te logras acordar
quizás todo, o nada quizás
entiende
que aún lavo mi nombre
en el mar de tus encantos,
algún día fue la realidad
y hoy día solo es el llanto
ayer fui ave y hoy soy hombre
mañana, al despertar
mi reflejo espantará miles de sombras
pobres, muy pobres
serán los senderos del nuevo horizonte
que me toque caminar.

Porque ahora
las rosas de nuestro jardín ya no florecen en mi vista
la canción que cantábamos ya no estremece mis huesos
las frías noches de los lunes han dejado de ser mariposas coloridas
solo quedo
aprisionando el recuerdo lejano
rendido sobre mi cama de piedra
miro al cielo al que ya no vuelo
y me doy cuenta que ya no me amas
y aunque vencido aún sueño
y aún deseo
que la nube de este idilio jamás se vaya
que nunca
que siempre
que acaso hoy
que acaso mañana
se borre de mi memoria tu efervescente cara
y aunque estarán mis días llenos de falsas esperanzas
me refugiaré en la noche espinosa
para embeber de tu saliva ausente,
me recordarás en cada lágrima lunar
y te esperaré
cada minuto
cada semana
cada vida,
volverás por mis pasos perdidos
volverás en mi eternidad.

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