lunes, 4 de abril de 2011

PRIMER BALBUCEO

Ahora que ya no quiero sentir
me dejas el calor de tus latidos.
Maldita voz, maldita luz.
Ahora que me resisto a morir
me dejas el corazón partido.
Maldito yo, maldita tú.


Maldición. Mi nombre es Jorge. Nunca fui bueno para presentarme, ni para cultivar amistades, ni para contar historias verdaderas. En realidad nunca fui bueno para nada. Mucho menos para vivir. Mi vida es como un poema de Baudelaire-Vallejo. Mis días son versos sangrantes que se resisten a la muerte, que se aferran a una compleja existencia.

Mi historia cuenta apenas algunos años, mas ya sé cómo ha de terminar. Vivo guardado en un periódico de oscuros colores y tinta roja. A veces no puedo expresar lo que siento. Me agobia la impaciencia de escribir uno que otro sentimiento y volverlo palabra, quizás con esperanza, quizás buscando ser recuerdo que todos olvidarán.

Y para no ser un migrante idealista más trato de escribir; sobre mí, sobre el amor, sobre la soledad, sobre mis demonios, sobre el mundo entero.

Presiento que este diario, convertido en pan envenenado, será un espejo más que reflejará la manera de vivir de una generación incomprendida, resentida, impopular. Habitará el mundo convertida en el símbolo de lo no vivido.

Yo he nacido cerca del mar, pero sé que moriré muy lejos de su brisa; al norte de un país adverso, cáustico, rebelde, bohemio. Desde pequeño supe que quería hablar muchas cosas en lenguas diferentes, aunque presentía que nadie me iba a escuchar. Luego mi voraz vista se volvió un personaje, se volvió lector y ahora escritor.

Seguramente sabrán más de mi vida de aquí en adelante, porque soy un protagonista que no existe, porque soy invisible. A partir de hoy viviré preso en la Internet. Soy luz, soy un periodista, soy un dibujo animado y en ocasiones, los dedos de cualquiera. Estaré aquí, esperando a alguien, a que ese alguien llegue, me ilusione y luego me abandone.

No sé si creo en Dios, pero sí creo en la fuerza sobrenatural que se le atribuye. Siempre aconsejo, cuando hablo de religión, que "Yavé", "Buda", "Alá", "Jehová", "Krishna" o "Rama" son lo mismo. No interesa mucho en quién creas, finalmente es importante creer, aunque a veces resulte adverso.

Creer. Sí, creo en la muerte y creo que noche a noche me acecha, esperando mis más recientes publicaciones para que se eche a reír. Mi corazón empieza entonces a latir junto al teclado desde estos momentos, espero se mantengan caliente y con vida.


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