Un grito salvaje
del averno
grácil desde adentro.
Vengo a mirarte desde mi mal,
vengo a verte.
He oído que hueles el mal
que me cobija,
manchas desesperantes, luces
opacas
¿dónde están los que nunca
quisieron hablar?
¿dónde los que nunca
quisieron compartir su lamento?
y hoy desde la tierra de los
muertos
he llegado con mi sable tú y de nuevo tú
me estiraste como víbora
rebelde
sobre la madera de Cristo
agrietaste el cebo de mi
disfraz
y aún, bestia, no has
saciado tu hambre.
Pero vengo hoy y volveré
mañana
siempre me verás resucitar
arena
cal
barro
polillas
sal
hiel
y vinagre,
aún en mi boca están
y sobre mi frente
las cicatrices de tu corona
espinosa
distintivo infame
de tu viperina ignorancia.
Soy el mismo, ahora de
blanco,
(ahora soy luz,
ahora soy grandeza).
Y no me lamas las llagas,
que de adentro saliéndome
están,
las culpas y los pecados
negros
pecados de abril
pecados enterrados
de tus soldados harapientos
que no quisieron seguir el
llamado de mi santa voz.
Monstruo parasitario del
llanto
este domingo es de revanchas
pero, ¿quién te crees?
¿Dios?
pero este domingo es de
revanchas,
pisaré tu cabeza
aplastaré tu orgullo.
Y un grito salvaje
del averno
se volverá a escuchar,
tus lágrimas y mi retozo
mi comienzo y tu
final.
lindo poema, felicidades
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